Por: Juan Alfredo Chiriboga Sánchez (Opinión)
Introducción
La problemática en torno a Petroecuador y el Campo Sacha ha desatado un debate sobre la eficiencia de la gestión estatal en el sector petrolero ecuatoriano. Por parte de los que defienden el estatismo, se ha presentado un argumento en contra de la delegación de la operación a manos privadas. Sin embargo, un análisis crítico y académico revela que este enfoque ignora factores clave sobre la ineficiencia estructural de Petroecuador, la falta de transparencia en su gestión y la necesidad de una reforma integral de la industria petrolera ecuatoriana. A saber:
Ineficiencia y Corrupción en Petroecuador
El desempeño de Petroecuador a lo largo de los años ha estado marcado por escándalos de corrupción, gestión ineficiente y una incapacidad evidente para modernizarse. La producción petrolera ha disminuido drásticamente, cayendo de 556.000 barriles diarios en 2014 a aproximadamente 470.000 en 2024 (y disminuyendo). Esta pérdida no solo refleja una baja productividad, sino también la incapacidad de la empresa para optimizar la explotación de los campos existentes y mantener niveles de inversión adecuados.
Petroecuador tampoco muestra estabilidad en su administración, pues constantemente cambia de gerentes y altos funcionarios de libre remoción. Esto impide la continuidad de cualquier política técnica y deja a la empresa en un estado de inestabilidad permanente. Cada nueva administración inicia planes que nunca se terminan, convirtiendo a Petroecuador en un ente más político que técnico, respondiendo a los intereses de turno en lugar de una visión estratégica a largo plazo.
Adicionalmente, la Sentencia N.º 001-12-SIC-CC establece un marco constitucional que prioriza la gestión estatal de sectores estratégicos, permitiendo delegación parcial bajo condiciones específicas. No obstante, la normativa no puede ignorar la realidad: el Estado, mediante Petroecuador, ha demostrado ser un administrador deficiente y poco confiable de los recursos hidrocarburíferos.

Falta de Transparencia y Declive Tecnológico
Los que defienden el monopolio estatal omiten la falta de transparencia en los estados financieros de Petroecuador y su absoluta carencia de inversión en innovación. Como se argumentó en el conversatorio del Instituto Ecuatoriano de Derecho de Energía y Recursos Naturales, realizado el 13 de febrero de 2025 (al cual asistí), el Dr. Rafael Valdivieso afirmó que Petroecuador debe ser eliminado por su falta de claridad en las cuentas y porque ni siquiera posee estados financieros.
Este argumento se refuerza con las críticas expuestas por el Dr. Luis Calero en la radio 92.5 FM el 19 de febrero de 2025, quien señaló que, si bien Petroecuador tiene estados financieros, estos no han sido auditados, lo que equivale a decir que «tengo abuelita, pero muerta». Sin transparencia ni inversión en tecnología, la estatal petrolera no tiene la capacidad para sostener la productividad de la industria, más aún cuando ni siquiera tiene competencia.
El Caso Sacha y la Falacia de la «Pérdida Nacional»
Otro de los argumentos esgrimidos por parte de los defensores del monopolio estatal y Petroecuador, es que la delegación del Campo Sacha provocaría una pérdida de USD 1044 millones para el Estado. Sin embargo, un análisis más profundo, como el realizado por el Grupo Transformación Energética (17 de diciembre de 2024), señala que la adjudicación de Sacha a una empresa sin un proceso de licitación transparente es lo realmente perjudicial. Sacha es un campo maduro con más de 50 años de operación, que requiere inversiones en recuperación secundaria y terciaria para mantener su productividad.
Asimismo, el Dr. Luis Calero en la citada entrevista indicó que el Acuerdo Ministerial No. 040, que pretende devolver el campo para su delegación, no cuenta con una base jurídica sólida, dado que la figura de «devolución de campo» no existe en la legislación vigente y la norma que se intenta aplicar fue derogada (Art. 2 Ley de Hidrocarburos). Así, la decisión gubernamental parece improvisada y carece de un sustento normativo claro.
Hacia un Modelo Mixto: La vía Razonable
Si bien la privatización completa del sector petrolero es inviable bajo el marco constitucional ecuatoriano, la solución no es mantener el monopolio ineficiente de Petroecuador. La alternativa más viable sería el modelo de Empresa de Economía Mixta, permitiendo la participación del sector privado en condiciones claras y competitivas. Sin embargo, esto presenta un obstáculo evidente: ¿quién se atrevería a invertir junto a Petroecuador si la empresa no tiene estados financieros auditados?
Para que la industria petrolera ecuatoriana pueda competir incluso en el ámbito internacional, es fundamental que Petroecuador se transforme en una empresa con estabilidad y gobernanza clara. Deberíamos analizar modelos exitosos en la región, como el de Ecopetrol en Colombia, una empresa estatal que a pesar de los problemas inherentes a la industria, ha logrado equilibrio entre eficiencia, inversión en innovación y gobernanza transparente, permitiendo la participación privada sin perder su rol estatal.
La solución debe pasar por una reforma integral que contemple:
- Auditorías obligatorias y transparentes de los estados financieros de Petroecuador.
- Reestructuración interna de la empresa, eliminando la corrupción estructural.
- Ley de Hidrocarburos, articulando un marco jurídico moderno y eficiente.
- Apertura al sector privado en proyectos específicos, garantizando transparencia y competitividad.
- Inversión en tecnología y modernización, asegurando la sustentabilidad de la industria.
- Adopción de una política petrolera a largo plazo, basada en decisiones técnicas y no en presiones políticas.
Petroecuador no es una empresa eficiente ni transparente, y su modelo de gestión ha demostrado ser insostenible. Los que defienden a capa y espada a la Estatal ignoran estos problemas fundamentales y asumen que el Estado es el único actor capaz de administrar Sacha, pese a su historial de corrupción y declive.
La privatización total no es una solución realista, pero la adjudicación directa sin licitación tampoco lo es. A criterio propio, la vía más razonable es la transformación hacia una Empresa de Economía Mixta con regulaciones claras, auditorías transparentes y una reforma profunda del marco legal. De lo contrario, seguiremos atrapados en un ciclo de ineficiencia, falta de inversión y crisis perpetua en el sector petrolero ecuatoriano.
Finalmente, no considero que una reforma constitucional de los artículos 313, 314 y 315 de la Constitución de la República del Ecuador sea la solución, porque denotaría nuevamente falta de estabilidad en la normativa, lo que afectaría la percepción de seguridad jurídica del Estado. No es conveniente estar cambiando la Constitución de un país a cada rato, ya que esto genera incertidumbre en los inversionistas y limita el desarrollo sostenible del sector energético.